Cuando el 31 de diciembre a las 23.59 estemos levantando las copas esperando que el más ansioso de los parientes pegue el primer grito anunciando el nuevo año, estaremos legitimando lo hecho por el Papa Gregorio XIII, cuando el 4 de Octubre de 1.582 borró de un plumazo el calendario que había creado el emperador Julio César 1.628 años antes.
El problema más grande que tenía el calendario juliano era que adelantaba 11 minutos y 14 segundos al año solar real, por lo que a esa altura de la civilización occidental, el equinoccio (1) de primavera se festejaba 10 días antes.
En aquellos años, no estaban aún las placas de Crónica TV anunciando la cantidad de días que faltaban para la primavera.
Esos problemas se abocó a solucionar el señor Ugo Buoncompagni (luego llamado Gregorio XIII). cuando ocupó el trono de Roma, confiando en que Clavius, astrónomo jesuíta, iba a poder solucionarle estas incomodidades.
Esos diez días intermedios nunca existieron.
Entre los hechos destacables que esta situación produjo podemos mencionar el “Milagro de Santa Teresa”.
Santa Teresa murió el 4 de Octubre de 1582 y fue enterrada con su cuerpo aún intacto, el 15 de Octubre de 1582, o sea… al día siguiente, o diez días después… como usted prefiera…
Menos mal que hasta hoy, y por más que esto parezca extraño, ningún otro hombre tuvo sobre la tierra, el poder que tenían los Papas en aquellos años, ya que la tentación de hacer desaparecer días, meses o años enteros, sería difícil de resistir para muchos…
Hasta la próxima… (1) Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra, excepto en los polos. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa "noche igual".
* Podés leer más sobre este tema en:
http://es.wikipedia.org/wiki/4_de_octubrehttp://www.hechoshistoricos.es/html/eventos1582.html
